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sábado, 2 de marzo de 2013

La Bandola Llanera en Venezuela.


Otras Referencias:

En Venezuela se considera que este instrumento acompañante del joropo llanero nació en Barinas, tierra de marqueses y de poetas. Barinas es y ha sido también tierra de música; y allí subsistió a través de los tiempos una manifestación peculiar ignorada hasta hace poco por el resto del país: la bandola llanera.
La bandola llanera fue durante años el eje melódico de la música de las tierras comprendidas por el sur de Portuguesa y Cojedes, el oeste de Apure, el valle del Arauca, más allá del Meta, en los llanos del oriente colombiano, y su epicentro fue Barinas, refugio y guarimba en los tiempos adversos.
Desplazada parcial y temporalmente por las innumerables cuerdas del arpa, la bandola hace de la tierra barinesa su bastión inexpugnable: allí se oculta pero no se silencia.
La bandola, es un instrumento con un sonido indú, que sirve para tocar canciones tradicionales de la zona en donde se toca. En la música colombiana se acompaña de un tiple y una guitarra. En Europa occidental se utiliza un instrumento muy parecido, la llamada mandolina. En Venezuela y Colombia se ejecutan de manera muy completa y fuerte, dándole un carácter de bravura.
La bandola es y ha sido instrumento plebeyo, rural y hasta de baja ralea. En 1815 advierte un aviso publicado: “Se busca un negro llamado Román, de buena cara, muy retinto y muy fornido, buen destilador de aguardiente. Sabe hacer azúcar y papelones y es aficionado a tocar el tres y la bandola. Se ofrecen 100 pesos de gratificación a quien lo aprehendiera”.
Páez y sus Parrandos con Bandola.
Por esos años la bandola acompañaba a los libertadores en las guerras de independencia. Era más fácil para cargar la Bandola en una mula o en un burro que un arpa y se tocaba música recia del llano para animar después de la batalla a los soldados. Cuentan que “El Catire” Páez gustaba de montar joropos al cielo raso en tiempos de campaña y tomar como “pareja” a alguno de sus soldados para disfrutar al rezongo de una bandola, de los placeres del baile.
A medida que ahondamos en la vida y trayectoria de José Antonio Páez, el Libertador de Los Llanos, más se nos muestra casi paso a paso su condición de forjador de nuestra nacionalidad. En la creación de libertad, en  música, la cultura, los deportes, los juegos tradicionales, en política. En todos los órdenes de la vida venezolana está la figura de El Centauro de los llanos. Nuestra idiosincrasia refiere al taita Páez.
En la música, esa presencia de Páez dejó huella marcada: puso de relieve sus dotes musicales y se regocijó con la música académica y gozó e impulsó la música genuina de su país. Así pasó en los tiempos de la independencia cuando le quedó tiempo para bailar al son de los instrumentos genuinos venezolanos, entre ellos la bandola.
La bandola es la música del criollo, música y poesía de la pobreza, música y poesía de hombre en tierra desamparada, “sin alante, sin arriba, sin orilla y sin atrás”, música de labrador a solas, de canoero sin canoa y río sin canoero, de Dios arriba horizonte abajo y hombre sediento en el medio, música y poesía de la ingrimitud de una bandola con un bordoneo de rumor de aguas lejanas en las orillas del amor y de la muerte, postulan quienes saben de música.

La Bandola de Anselmo López.

En el trajinar de la bandola llanera en Venezuela, su permanencia en el pentagrama criollo se debe a Anselmo López, su más fiel cultor y más decidido defensor. La gran fortaleza de la bandola es desde siempre la población Dolores de Barinas.
A Anselmo López se le conoce dentro y fuera de Venezuela como el Rey de la Bandola, apodo que expresa la maestría de este venezolano en la interpretación de este instrumento musical. Nació el 21 de abril de 1934 en Chaparrito, estado Barinas. El Rey de la Bandola fue el sobrenombre que le puso un capitán de aviación, junto a sus amigos Panchito Moreno, Chuy Garrido, Florencio Parra y Tirso Urbina. Acertadísimo seudónimo que es la mejor definición de lo que mejor sabe hacer Anselmo López: tocar la bandola. Él es, definitivamente, El Rey de la Bandola.
Además de Bandolista y compositor, el barinés Anselmo López también ha tenido incursiones en la actuación, logrando participaciones importantes en las películas El Rey y la bandola, Doña Bárbara, Un solo pueblo y Agua Sangre. Algunas de sus obras: Alborotao, Bandola de Chaparrito, Carnaval espellejao, El gavilán primito, Galerón barinés, La catira vieja, Mi nostalgia es una soga, Recordando a Portuguesa, san Lorenzo, Mi viejo querido, Las tres damas, Te llevaste mi querer, Zumbador.
Desde pequeño se interesó por el arpa y el cuatro hasta que conoció a la bandola llanera. Dictó clases sobre la ejecución de este instrumento en la Universidad Simón Bolívar, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Nacional Experimental de los Llanos “Ezequiel Zamora” y la Escuela de Música de Barinas. Adicionalmente, trabajó en programas del Ministerio de Educación destinados a divulgar las bondades de la bandola. Ha grabado más de 75 discos en 45 rpm, 27 LP y 7 CD.
En el “Diccionario de cultura popular”. Rafael Strauss; y Fundación Bigott. Tomo 1, 1999, se lee también que Anselmo López “es el creador de una práctica técnica que facilita la ejecución de este instrumento e inventor del método del Jalao, “un contracanto que se produce en el plectro o púa que se utiliza para tocar  y una uña de la mano derecha del ejecutante”.
Sus seguidores le han visto tocar su bandola, como el Rey de la Bandola, en importantes festivales nacionales e internacionales. También ha dejado en alto el nombre de Venezuela en escenarios de Cuba, Panamá, Estados Unidos, Colombia, Francia y España, mostrando en cada uno de ellos toda la belleza del folklore nacional.
Investigación y texto: Elba Romero López.

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